2ª carta a M.Rajoy, presidente del gobierno.

Querido Mariano:
Me pongo en contacto contigo para felicitarte porque, últimamente, veo que defiendes fervientemente el cumplimiento de la Constitución del 78. Igualmente, te recuerdo que no es como la Biblia, se puede modificar y adaptar a las necesidades y demandas de la sociedad. Aunque ahora tu me dirás que tampoco es como la Wikipedia, que todo puede el mundo puede sobreescribirla a su gusto. Muy cierto, pero para eso te pagamos, para que seas capaz de entenderte con todos y todas, incluso los que te caen peor. Se llama mediación en conflictos y muchos/as educadores/as lo trabajamos con niños, niñas, jóvenes y adultos a diario. Algún día te hablaré de ello en profundidad, pero no quiero desviarme del tema y aprovecho para recordarte lo que dice el articulo 45 de la Constitución que tanto defiendes : Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación. Sí, has leído bien, especulación. ¿Recuerdas aquello de los fondos buitres? yo sí. En el barrio madrileño de Vallecas, una niña y su hermano pequeño pasaron varios meses llorando por las noches porque tenían miedo a ser desahuciados. Su madre también lloraba, pero lo hacía en silencio para no preocupar a sus hijos. Su vivienda de protección oficial fue adquirida por un empresario que subió los alquileres del inmueble hasta alcanzar precioso desorbitados, rentas que jamás podrían pagar ninguna de las familias adjudicatarias, todas ellas en riesgo de exclusión social.Tu lo has permitido fomentado. Esas personas no te importan ni eres capaz de conectar con su dolor.Pero ahora tienes la oportunidad de hacer las cosas bien y, ya que le estás dando tantas vueltas al texto del 78, puedes revisar todos aquellos artículos que se están vulnerando. Vuelvo a recordarte que trabajas para nosotros, incluidos aquellos niños que lloraban por las noches mientras tú dormías plácidamente.